martes, 6 de septiembre de 2011

Sugerencia a la comunidad okupa

No es ningún secreto que cada vez tenemos más okupas en nuestro país. Antes de la crisis lo eran sólo los vagos, los hijos de papá que querían vivir una experiencia marginal y algún imbécil que, tras consumir demasiadas drogas, estaba convencido de que okupar casas ajenas era una nueva forma de rebelarse contra el mundo. Ahora, en cambio, cualquiera puede verse obligado a convertirse en okupa. Consecuencias de la puta crisis, señores.

Aún así, y conociendo la precariedad en que están viviendo muchas familias en la actualidad, pido desde aquí a la comunidad okupa que no hagan pagar a otros ciudadanos su mala suerte. El hecho de que te hayan echado a la calle de malas maneras y te hayan robado —sí, robado— el piso los bancos, no te excusa al apoderarte del hogar de otro ciudadano y joderle la vida.

Sí, sé que necesitáis un techo sobre vuestras cabezas. Según la Constitución —esa misma que ELLOS acaban de reformar como les ha salido de la punta de la polla—, todo ciudadano de nuestro país tiene derecho a una vivienda digna. Eso no os lo voy a discutir, pero sí tengo una sugerencia que haceros si os véis en la puta calle. Sugerencia que, por otro lado, debería ser lógica para todos, pero ya sabemos que este país está lleno de idiotas.

Si váis a okupar, ¿por qué no elegir las viviendas de los ricos, de los banqueros, de los políticos? Éstas disponen de muchos lujos que no encontraréis en los pisos de ciudadanos como vosotros: tendréis varias hectáreas de jardín para que vuestros hijos jueguen, además de piscina, jacuzzi y una casa con muchas y confortables habitaciones, perfectamente equipada con lo último en tecnología y domótica. Podréis encontrar fácilmente estas viviendas anunciadas en muchas revistas inmobiliarias, incluso buscando el nombre de algún capullo que os caiga especialmente mal y al que queráis joder en las Páginas Amarillas. Además, sí aún tenéis acceso a un televisor, podéis visitar y elegir la casa de vuestros sueños viendo programas como «Quién vive ahí» y similares.

Amigos okupas, antes de dejaros para que reflexionéis sobre esta idea, me queda una última cosa que deciros: sabed que de hacer caso a esta sugerencia, no sólo conseguiréis un hogar maravilloso para criar a vuestros hijos —aunque sea temporal, pero siempre podréis elegir otro—, si no que, además, colaboraréis en la lucha que estamos librando contra ELLOS, dándoles donde más les duele.

Antes de dejaros, un último consejo: si conseguís meteros en una de sus casas y os oléis que os van a echar pronto —que será lo más probable, ya que ELLOS son la ley—, al menos destrozadles todo lo que podáis. QUE SE JODAN y lo compren todo otra vez: estaréis generando trabajo y posiblemente algún empleo y ayudando a la causa.

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